Comprendiendo la curva de rendimiento inclinada: lo que significa para la economía
La salud de la economía se analiza frecuentemente a través de indicadores que predicen tendencias futuras. Uno de los predictores más consistentes en el mundo financiero ha sido la curva de rendimiento. En particular, la inclinación de la curva de rendimiento ha estado históricamente asociada con el inicio de recesiones económicas. Pero, ¿qué significa exactamente esta inclinación y por qué la inclinación actual aún no ha dado lugar a una recesión? Vamos a profundizar en este intrigante tema.
Cuando la curva de rendimiento se inclina: contexto histórico
Análisis histórico de la inclinación de la curva de rendimiento y sus implicaciones.
La inclinación de la curva de rendimiento no es un fenómeno sin precedentes. Históricamente, casi siempre ha coincidido con el inicio de una recesión o con una recesión ya en curso. Revisemos sus momentos de importancia histórica:
- 2020 (recesión por Covid-19): Este evento marcó una aguda recesión económica debido a la pandemia global; la curva de rendimiento se inclinó mientras la economía se preparaba para sus desafíos.
- 2007 (Gran crisis financiera): La inclinación de la curva de rendimiento fue un precursor claro de la significativa recesión económica que el mundo soportó.
- 2001 (estallido de la burbuja de las puntocom): A medida que estalló la burbuja tecnológica, la curva de rendimiento nuevamente señaló su capacidad predictiva.
- 1929 (Gran Depresión): La curva de rendimiento se inclinó en octubre de 1929, precisamente cuando comenzó la Gran Depresión.
En todos estos escenarios, la inclinación de la curva de rendimiento ha sido un augurio de contracciones económicas, actuando como un sistema de alerta temprana confiable.
¿Qué es la curva de rendimiento y por qué importa su inclinación?
Para decodificar la importancia de la inclinación, es esencial entender qué es la curva de rendimiento y cómo funciona. La curva de rendimiento representa la diferencia entre los rendimientos de bonos a largo plazo (por ejemplo, el bono del Tesoro a 10 años) y los rendimientos a corto plazo (por ejemplo, el bono del Tesoro a 2 años). Típicamente, los rendimientos a largo plazo son más altos que los a corto plazo, creando una curva por encima de cero. Sin embargo, cuando ocurre lo contrario, se llama inversión de la curva de rendimiento.
Cuando la Reserva Federal aumenta las tasas de interés—lo que se refiere como "política restrictiva"—los rendimientos a corto plazo suelen aumentar por encima de los rendimientos a largo plazo, creando una inversión. La inclinación generalmente ocurre cuando la Fed comienza a recortar tasas debido a una desaceleración económica; esto refleja la anticipación del mercado a condiciones desfavorables. Históricamente, la inclinación ha coincidido con una disminución en los préstamos bancarios y una eventual recesión.
¿Dónde está la recesión de hoy?
Explorando por qué la curva de rendimiento inclinada de hoy aún no ha resultado en una recesión.
A pesar de la inclinación de la curva de rendimiento hoy, la economía de EE. UU. sigue siendo robusta, presentando un escenario inusual. Hay tres indicadores macroeconómicos clave a considerar:
- Producto Interno Bruto (PIB): El PIB de EE. UU. está creciendo a un ritmo constante del 2%, según datos del gobierno.
- Fortaleza del mercado laboral: Las estadísticas de empleo indican un mercado laboral fuerte, con oportunidades de trabajo abundantes.
- Desempeño del mercado de valores: Para sorpresa de todos, el mercado de valores está operando en máximos históricos o cercanos a ellos—una anomalía en el comportamiento típico de recesión.
Estos factores no se alinean con lo que tradicionalmente observamos en un entorno recesivo. ¿Podría esto significar que la curva de rendimiento ya no es el predictor "infalible" que una vez fue? Exploremos más a fondo.
¿Sigue siendo confiable la curva de rendimiento?
La curva de rendimiento como indicador de recesión tiene un historial impecable, con su naturaleza predictiva descubierta por el economista Campbell Harvey en la década de 1980. Pero dadas las condiciones económicas actuales, ¿deberíamos comenzar a cuestionar su validez?
Un examen más detallado revela que las recesiones no comienzan tan pronto como la curva de rendimiento se inclina. Las últimas cuatro recesiones demuestran distintos cronogramas entre la inclinación de la curva de rendimiento y el inicio oficial de la recesión:
- 1989 y 2020: Las recesiones comenzaron cuando la curva de rendimiento estaba apenas en 0.1%.
- 2001: La recesión comenzó cuando la curva estaba en 0.5%.
- 2007: La curva de rendimiento alcanzó un completo 1% antes del inicio de la recesión.
La curva de rendimiento de hoy está dentro de la "zona caliente"—el rango donde históricamente han comenzado las recesiones. Si comparamos esta incertidumbre con 2007, donde la curva se inclinó a 1% antes de la caída real, podría ser que no veamos señales de recesión hasta enero de 2025. Si la curva de rendimiento continúa desviándose sin una recesión, solo entonces su reputación como indicador de recesión será desafiada de manera significativa.
Un análisis alternativo: el reflejo del mercado laboral
Las tendencias en solicitudes de desempleo y su potencial como indicadores de recesión.
Un enfoque complementario para examinar la curva de rendimiento es observar las solicitudes iniciales de desempleo, que rastrean las solicitudes semanales de beneficios de desempleo. Históricamente, las tendencias de solicitudes de desempleo reflejan la curva de rendimiento. Por ejemplo, cuando la curva de rendimiento se inclina hacia una recesión, las solicitudes de desempleo suelen aumentar en paralelo. Sorprendentemente, a medida que la curva de rendimiento se inclinó esta vez, las solicitudes de desempleo se han mantenido consistentemente bajas—lo que indica un empleo fuerte.
Esta divergencia sugiere dos escenarios plausibles:
Escenario A: No habrá recesión pronto
- Si las solicitudes de desempleo no aumentan, la curva de rendimiento podría volver a invertirse, retrasando efectivamente el cronograma para una recesión. Ejemplares comparables ocurrieron brevemente en 1999 y 2006, donde se produjo una inclinación pero las solicitudes de desempleo se mantuvieron bajas. En ambos casos, las recesiones finalmente siguieron años más tarde.
Escenario B: Recesión en el horizonte
- Si las solicitudes de desempleo aumentan en los próximos meses, podrían alinearse con la advertencia de la curva de rendimiento. Esto refleja las condiciones en 2007 cuando el mercado laboral mostró signos de fortaleza incluso mientras la curva de rendimiento se inclinaba, solo para que las solicitudes de desempleo aumentaran más tarde a medida que la recesión se afianzaba.
El papel del gasto gubernamental
Considerando el impacto del gasto gubernamental en retrasar una recesión económica.
Algunos expertos argumentan que niveles extraordinarios de gasto gubernamental pueden estar amortiguando la economía de una caída hacia la recesión. Si bien los niveles de gasto actuales son, de hecho, históricamente altos, no se puede pasar por alto el hecho de que el gobierno de EE. UU. estaba gastando activamente antes de la recesión de 2008 también. A pesar de sus esfuerzos, el gasto no pudo evitar la contracción económica más significativa desde la Gran Depresión.
La implicación aquí es simple: aunque el gasto gubernamental puede retrasar una recesión, es poco probable que la prevenga por completo.
Implicaciones del mercado y estrategias para el futuro
Evaluando cómo los mercados de valores responden antes de las recesiones.
El mercado de valores a menudo reacciona en conjunto con los temores económicos, y es común ver caídas antes de las recesiones. Este patrón ocurrió a principios de la década de 2000, poco antes de la crisis de 2007, e incluso en eventos anteriores como las recesiones de 1974 y 1980.
Sin embargo, también hay precedentes para que el mercado de valores alcance un pico justo antes de una caída, como en julio de 1990 y septiembre de 1929. Estos ejemplos advierten a los inversionistas sobre convertirse en demasiado pesimistas demasiado pronto.
Conclusión: ¿qué nos depara el futuro?
La inclinación de la curva de rendimiento sigue siendo una señal esencial tanto para inversionistas como para economistas. Aunque históricamente precisa, los datos recientes desafían su fiabilidad absoluta. La actual divergencia con indicadores tradicionales como las solicitudes de desempleo, junto con altos niveles de gasto gubernamental, sugiere que predecir el momento de una recesión es más complejo que nunca.
Ya sea que los próximos meses traigan solicitudes de desempleo alineadas con la inclinación de la curva de rendimiento o que nos encontremos en un territorio inexplorado, una cosa queda clara: mantenerse flexible con las estrategias de equidad es fundamental. Los inversionistas deben permanecer alertas tanto a los patrones históricos como a las tendencias emergentes, asegurándose de estar preparados para cambios en el mercado que podrían redefinir por completo la previsión de recesiones.